01 de febrero, 2020 11:08
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"Contrariamente a lo que suponemos, entonces, la grieta ideológica no distingue entre derechas punitivistas e izquierdas garantistas sino entre derechas punitivistas e izquierdas que ejercen el punitivismo selectivamente. Si somos de izquierda y el que cometió el delito es pobre o marginal, el manual nos indica que la responsabilidad individual se diluye y lo que parece haber cometido el delito es “la desigualdad”, algo que, por supuesto, no toma en cuenta que la enorme mayoría de pobres o marginales no comete delitos. Se dice, entonces, desde la izquierda, que debemos hacer todo lo posible para reinsertar a esa persona en la sociedad y paralelamente disminuir las condiciones de desigualdad. En lo personal me siento parte de ese ideario pero si desde ese mismo espacio ideológico voy a suspender mi garantismo cada vez que el que cometió el delito es “mi adversario” social/político/económico/de género, etc. entonces prefiero apartarme. Porque no puedo exigir presunción de inocencia, penas razonables y derechos solo para las causas, los sectores o los individuos que mi ideología me inclina a defender mientras que cuando se trata de “los otros”, de “los malos”, pido escraches, condenas mediáticas, fin de la presunción de inocencia y de toda garantía, cadenas perpetuas y hasta pena de muerte. En síntesis, no puedo ser garantista solo con los que considero buenos o a priori aparecerían como víctimas porque denuncian algo. Las garantías, y ésa es la conquista de los sistemas de derecho modernos, también las deben tener los hijos de puta y aquellos sujetos que por las razones que fueran, objetivas o subjetivas, resultan, o nos resultan, despreciables. Sé que es difícil pero si querés vivir en comunidad, habrá que hacer el esfuerzo. Si no lo hacés por bondad o por convicción hacelo por miedo. Porque, ¿qué pasaría si la injusticia un día te toca a vos? Leer más
"Contrariamente a lo que suponemos, entonces, la grieta ideológica no distingue entre derechas punitivistas e izquierdas garantistas sino entre derechas punitivistas e izquierdas que ejercen el punitivismo selectivamente. Si somos de izquierda y el que cometió el delito es pobre o marginal, el manual nos indica que la responsabilidad individual se diluye y lo que parece haber cometido el delito es “la desigualdad”, algo que, por supuesto, no toma en cuenta que la enorme mayoría de pobres o marginales no comete delitos. Se dice, entonces, desde la izquierda, que debemos hacer todo lo posible para reinsertar a esa persona en la sociedad y paralelamente disminuir las condiciones de desigualdad. En lo personal me siento parte de ese ideario pero si desde ese mismo espacio ideológico voy a suspender mi garantismo cada vez que el que cometió el delito es “mi adversario” social/político/económico/de género, etc. entonces prefiero apartarme. Porque no puedo exigir presunción de inocencia, penas razonables y derechos solo para las causas, los sectores o los individuos que mi ideología me inclina a defender mientras que cuando se trata de “los otros”, de “los malos”, pido escraches, condenas mediáticas, fin de la presunción de inocencia y de toda garantía, cadenas perpetuas y hasta pena de muerte. En síntesis, no puedo ser garantista solo con los que considero buenos o a priori aparecerían como víctimas porque denuncian algo. Las garantías, y ésa es la conquista de los sistemas de derecho modernos, también las deben tener los hijos de puta y aquellos sujetos que por las razones que fueran, objetivas o subjetivas, resultan, o nos resultan, despreciables. Sé que es difícil pero si querés vivir en comunidad, habrá que hacer el esfuerzo. Si no lo hacés por bondad o por convicción hacelo por miedo. Porque, ¿qué pasaría si la injusticia un día te toca a vos?
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