Recortes de audio

  1. Universidad Santiago Del Estero

    Esa te la debo

    18/05/2019

    10:02

    La semana pasada a propósito de la presentación de Sinceramente de CFK en la FIL discurríamos alrededor de los conceptos de literatura de fronteras y de literatura fronteriza. Hacíamos pie en un artículo de Andrea Bocco, Reescribir las fronteras para inscribir los conflictos socioculturales de la contemporaneidad. Bocco proponía un texto de partida que era Un viaje al país de los araucanos (1881) de Estanislao Zeballos, al que ella definía como el polígrafo oficial del roquismo, pues su pluma fijaba la historia oficial y con ella una serie de imágenes que sirvieron para legitimar la llamada conquista del desierto, uno de cuyos artífices fue Julio Argentino Roca: de partida no se invadía un territorio desierto sino habitado, y por otra parte la invasión se presentaba como acción civilizadora frente a la barbarie a la que Zeballos denomina apelando a la mitología judeo cristiana “el país del diablo”. Esa denominación sirvió, ya en el siglo XXI, para dar título a un documental de Andrés Di Tella (2008) y a una novela de Perla Suez (2015). El arte en general y la literatura en particular, decía Bocco, han sido capaces de alejarse del centro, del espacio cosmizado, de lo establecido y reescribir creativamente el texto de Zeballos, para desmontar los prejuicios y las imágenes cristalizadas dando voz a la voz acallada del otro, del invadido. ¿De qué otros múltiples modos la literatura es capaz de abandonar el espacio sagrado, lo canónico, para acercarse a las fronteras y cruzarlas, transgredirlas, convertirlas en fin en una oportunidad para la creación?

  2. Universidad Santiago Del Estero

    Esa te la debo

    11/05/2019

    10:07

    El acontecimiento libresco de la semana acaeció casi cuando ella ya se terminaba: el jueves 9, con la presentación de Sinceramente, el libro de Cristina Fernández en la Feria Internacional del Libro. Y en ese contexto emergió de pronto una arenada mención de Borges, por parte de Cristina, a propósito de los “incorregibles” asistentes que recrearon la escena de las patas en la fuente, esta vez cantando nada menos que en el benemérito recinto de la FIL. La ironía ofició de recordatorio de la siempre tirante relación entre lo que, por colonización teórica, nombramos literatura culta y literatura popular. También en la literatura, los territorios están distribuidos muy al gusto de unos pocos que administran los accesos. La literatura popular suele asistir como invitada a alguna que otra fiesta. Lo que equivale a decir que tal marbete ha servido menos para visibilizar y reconocer una producción específica que para ejecutar una suerte de guetización del sistema literario popular. De forma que si de todos modos deban conservarse las fronteras que los adjetivos -culto y popular- imponen, no sea para colocar nada enfrente de nada sino más bien para concebirlas como membranas que sostienen, siempre dispuestas al pasaje, al tránsito, al diálogo.