15 de octubre, 2018 15:36
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Nos vamos al Altiplano, viajamos a la Puna, nos adentramos en las comunidades andinas a través de la mirada de Rodolfo Kusch, el filósofo que se animó a separarse de los patrones académicos establecidos, a contramano de toda la perspectiva capitalista occidental y eurocéntrica, para interpretar la cosmogonía de los pueblos indígenas que habitan los ancestrales valles de los Andes. Su enorme trabajo nos ayuda a entender que el pensamiento popular puede formar parte de la historia de la Filosofía, y que solamente es desdeñado por las grandes urbes y los países llamados centrales, porque no responde a los parámetros racionales de la lógica occidental, sino que forma parte de un imaginario más complejo que incluye el pensamiento mágico, el mito, las contradicciones, la pertenencia a la comunidad y a las enormes fuerzas de la naturaleza, y no se articula a los valores de modernidad y progreso, sino que se asume como parte de un orden más vasto y poderoso que integra al ser humano y lo trasciende. Rodolfo Kusch nos devuelve a los latinoamericanos la centralidad de la historia, la posibilidad de pensarnos a nosotros mismos desde nuestra mirada, con nuestros propios ojos, para construir una identidad capaz de romper la construcción colonial que históricamente atraviesa toda nuestra cultura. Leer más
Nos vamos al Altiplano, viajamos a la Puna, nos adentramos en las comunidades andinas a través de la mirada de Rodolfo Kusch, el filósofo que se animó a separarse de los patrones académicos establecidos, a contramano de toda la perspectiva capitalista occidental y eurocéntrica, para interpretar la cosmogonía de los pueblos indígenas que habitan los ancestrales valles de los Andes. Su enorme trabajo nos ayuda a entender que el pensamiento popular puede formar parte de la historia de la Filosofía, y que solamente es desdeñado por las grandes urbes y los países llamados centrales, porque no responde a los parámetros racionales de la lógica occidental, sino que forma parte de un imaginario más complejo que incluye el pensamiento mágico, el mito, las contradicciones, la pertenencia a la comunidad y a las enormes fuerzas de la naturaleza, y no se articula a los valores de modernidad y progreso, sino que se asume como parte de un orden más vasto y poderoso que integra al ser humano y lo trasciende. Rodolfo Kusch nos devuelve a los latinoamericanos la centralidad de la historia, la posibilidad de pensarnos a nosotros mismos desde nuestra mirada, con nuestros propios ojos, para construir una identidad capaz de romper la construcción colonial que históricamente atraviesa toda nuestra cultura.