Ayer (20/10) por la mañana, autoridades de la Escuela rural N° 172 de Allen, alertaron a Defensa Civil sobre la aparición de un puma en el patio del establecimiento. Rápidamente se convocó al área de Fauna de Río Negro que inició la búsqueda del animal. No obstante, hasta el momento, no hay indicios de donde podría estar. En diálogo con Ahí Vamos (de lunes a viernes de 7 a 9 por La Super FM 96.3), Fabián Llanos, guardafauna de Río Negro, explicó que «recibimos el alerta de que había un puma, pero no pudimos dar con él. A la tarde nos vuelven a avisar que lo vieron cruzar la Ruta Nacional N° 22 hacia el norte, también en Allen. No logramos dar con el animal. Es muy difícil buscar entre las chacras», agregó.
«Por las huellas y lo que nos comentaron quienes lo vieron, es un puma grande (de tamaño), pero sería joven», indicó Llanos. Detalló el guardafauna que «el puma está en su hábitat natural, habitualmente lo encontramos en la zona de la barda norte. Otra opción es que alguien lo haya capturado de pequeño, lo quiso domesticar y ahora se le escapó. Pero eso está claro que es ilegal». Aclaró Llanos que «el puma no come a humanos, difícilmente lo va a atacar. Lo que si hay que dejar en claro es que no hay que correr ni asustarse. Si el puma puede llegar a atacar a mascotas o a niños».
Un policía de la Subcomisaría 54° de Contralmirante Guerrico fue denunciado esta mañana (16/09) en Fiscalía por los padres de un niño de 13 años, a quien habrían golpeado brutalmente. El hecho ocurrió el viernes por la tarde. También denunciaron a otro uniformado por “no hacer nada al respecto”. “La policía tiene que estar para protegernos de los delincuentes, no para pegarle a los chicos”, dijo el papá de la víctima Martín Cheima, en diálogo con el móvil de Ahí Vamos (de lunes a viernes de 7 a 10 por La Super FM 96.3). Según relató Cheima, mi hijo “se subió a la moto de la familia y partió desde el lugar en el que vive, una chacra situada a la vera de la Ruta Nacional N° 22, hasta el almacén por entre medio de los caminos rurales. Antes de que regrese a casa lo interceptó la policía y le dieron la voz de alto pero él se asustó y huyó por temor a que le quiten la moto”. En plena persecución, según el relato del padre, “mi chico se metió a la chacra del vecino y sintió dos disparos. Él estaba aterrado porque creía que le estaban disparando, algo que pudo haber ocurrido. Mi hijo no sube a la Ruta N° 22 con la moto, si la usa es porque acá las distancias son muy largas”. La persecución acabó en la chacra vecina cuando el chico fue acorralado por los patrulleros. ‘Un policía se bajó y golpeó e mi hijo en el rostro. A mi me avisaron por teléfono lo que había pasado y fui a ver a mi hijo enseguida. Ninguno de los cuatro policías que estaban ahí quiso identificarse. Siempre se mostraron muy prepotentes. Que sean policías no les da derecho a pegarle a mi hijo. Menos a dispararle”, agregó.
En una nueva entrega del tradicional segmento de relatos, en Cara y Ceca, Alejo Paris presentó un cuento dedicado a los Locos de la azotea en el centenario de la radio.